miércoles, 12 de octubre de 2011

Capitulo 1 Versión 2


En este primer apartado se verá la historia particular de la escultura de la Coatlicue que hoy se ubica en el Museo Nacional de Antropología de la Ciudad de México, se verán sus características ya que es principalmente mi  objeto de estudio. La mitología azteca y los diferentes momentos que pasó esta escultura a partir de su descubrimiento en 1790; ya que nos dan las bases para comprenderla a través del tiempo para finalizar con el momento histórico  donde se crearon las obras que se estudiarán  que fue periodo posrevolucionario, así como la importancia del rescate del arte prehispánico.

1.1 Los aztecas y Coatlicue

Si bien no es mi periodo de estudio, si es importante comprender las razones de los Aztecas para la realización de la escultura así como la parte política y social. Existen muchas versiones sobre la leyenda de la persistente lucha entre el Sol y la Luna. Juan José Batalla Rosado y José Luis de Rojas en su libro La religión azteca (2008) explican esta relación de la Coatlicue con la tierra y su complicidad en el nacimiento del  Sol siendo este Huitzilopochtli y su hermana la Luna, Coyolxauhqui, así cómo los opuestos hombre/mujer, día/noche, vida/muerte que es lo que los Aztecas simbolizaron en el Templo Mayor: la representación de esta lucha con los sacrificios de prisioneros a lo largo de toda su historia. Posteriormente, literatos y artistas tomarán este simbolismo para representarlo, y es gracias a esta relación que, como nosotros veremos más adelante podremos contribuir con la interpretación de los arquetipos de  la “gran madre”.

Coatlicue era para los aztecas o mexicas  la diosa de la tierra, era la que proveía los alimentos principalmente el maíz, que fue el sustento de toda su cultura. Era además  la madre de todos los dioses, sin embargo es mejor recordada como la madre de Huitzilopochtli, y es por esto que también se convierte en la diosa de la guerra.
Es así como la Coatlicue se convierte en parte primordial de la vida de los aztecas ya que le rinden sacrificios tanto para el triunfo de la guerra como para la obtención del maíz.

La leyenda del Sol y la Luna relata que Coatlicue limpiaba la Tollan (o templo sagrado), que de pronto observó una bolita de plumas y la guardo en su cinturón, cuando terminó busco la bolita de plumas pero había desaparecido y descubrió que había quedado embarazada. Sus hijos se enteran de este embarazo y creen que los ha deshonrado, es por esto que Coyolxauhqui (la luna) junto con los surianos  (o  sus cuatrocientos hermanos las estrellas) deciden matar a su madre.

Coatlicue se entera de lo que están planeando sus hijos y se aterroriza; sin embargo escucha la voz del hijo que espera y la tranquiliza diciendo que no se preocupe que cuando llegue el momento el la protegerá.

Al irse acercando a la Tollan,  Coyolxauhqui[1] protegida por sus hermanos, Huitzilipochtli emerge del vientre de Coatlicue, transformado en adulto y ataviado con el armamento de un guerrero azteca, mata a sus cuatrocientos hermanos y a su hermana quien arroja y esta termina desmembrada. A partir de ese momento sus hermanos se transforman en estrellas y Coyolxauhqui es la luna. Así que en todos los amaneceres existe esta lucha del sol para desaparecer las tinieblas de la noche.

1.2 Análisis formal e iconográfico de la Coatlicue

No resulta extraño que para ciertas personas que  observan por primera vez , la escultura de Coatlicue, no sólo no sientan admiración ante las distintas representaciones que se preservan sobre ella, sino que incluso les inspire hasta un temor indefinible. Por supuesto que Coatlicue no responde a los cánones de belleza occidentales: su rostro suele ser una calavera o un par de serpientes majestuosas que se miran frente a frente, sus pies terminan en impresionantes garras y al frente y atrás ostenta dos calaveras que forman parte de su místico atuendo.

La escultura es una pieza azteca del postclásico tardío tallada en roca ígnea volcánica, es un bloque solido de  donde se puede apreciar una figura  humana, una mujer, que sus extremos han sido sustituidas por serpientes; tiene un peso estimado de 3000 toneladas con una altura de 2.5 metros.

En lugar de cabeza humana tiene  dos cabezas de serpientes encontradas nariz con nariz que originan una nueva gigantesca cabeza, las manos que son en forma de serpientes, el collar esta hecho de manos, corazones y cráneos, que tapan los senos largos y flácidos como los de una anciana.  De su cinturón descienden, multiplicadas, las serpientes entrelazadas que construyen su falda (y justifican el nombre de la diosa)  que forman un tramado en su borde alternando cabezas y colas. Las articulaciones de sus hombros y sus codos son máscaras las cuales contienen ojos y boca.

Los antiguos mexicanos para dar expresión escrita a sus ideas usaron formas plásticas cuya lectura directa nos está todavía obstaculizada, pero existen algunos textos para comprender su significado; dentro de los cuales se narra cómo dos dioses se transforman en serpientes y al unirse forman un cuerpo humano que dividen por la mitad para crear la tierra y el cielo.[2]

En la base de la Coatlicue se ubica la imagen de Tláloc, esculpido en relieve, no es para ser vista, sino para integrar un significado; sobre el cuerpo de la imagen en relieve, aparece un símbolo: un quincunce[3] rodeado por una banda circular estriada, el cual, representa el momento previo a la creación universal.

1.3 La escultura de la Coatlicue a través del tiempo

Antonio de León y Gama[4]  (1735-1802) fue el primero en investigarla en su libro  Descripción histórica cronológica de las dos piedras que con ocasión del nuevo empedrado que se está formando en la plaza principal de México, se hallaron en el año 1790.  Por otra parte, los autores como Brantz Mayer (1809-1879), Eduardo Matos Moctezuma (1950-) y José Genis, todos estos autores comentan en sus respectivos escritos como la escultura de Coatlicue, fue  trasladada a la Real y Pontificia Universidad de la Nueva España que en esos momentos era dirigida por dominicos, lugar donde los indígenas no podían entrar; sin embargo, las familias de los veladores y gente del pueblo se las ingenió para llevarle ofrendas.

Ya habían pasado dos siglos y medio de la Conquista y el sentimiento popular aún era evidente. Esta puede ser la verdadera razón por la cual se decide enterrarla a un metro y medio de profundidad, así comienzan sus calificativos negativos, ya que advierten su forma monstruosa y el pueblo se deja influir por ideas diabólicas.[5] Esto se puede comprobar con el propio Alexander von Humboldt[6] (1769-1859), quién realizó en 1803 dibujos sobre su apariencia, y comenta que la veneración fue lo que obligó a que la orden de Santo Domingo de Guzmán, sacerdotes encargados tanto de la Universidad y de la Inquisición, “…no han dejado que el ídolo quedara expuesto a los ojos de la juventud mexicana.”[7] Sin embargo, en 1823 William Bullock[8] (1773-1849) la llevó a Londres a la exhibición de México Antiguo.

Los conocimientos a nivel histórico y científico de las culturas prehispánicas provienen principalmente de las  pinturas y los códices que sobreviven; entre los estudiosos que utilizaron estos escritos para dar una explicación sobre la diosa están José Fernando Ramírez (1804-1871); estas investigaciones culminan con Manuel Orozco y Berra (1816-1881). Con estas interpretaciones de la escultura, es “apreciada en otros sentidos, pero fue más difícil de ser comprendida como arte”[9]

Es quizás Alfredo Chavero (1841-1906) “quien por primera vez se atrevió a hablar de la perfección y la belleza de Coyolxauhqui y a llamar hermosa a Coatlicue.”[10] Pero no es hasta Manuel Gamio (1883-1960), discípulo de Franz Boas[11] (1858-1942) que seguían las ideas del relativismo cultural que tenían otra visión sobre el trato a los indígenas, y Justino Fernández (1904-1972), cuando la concepción de la Coatlicue empezó a cambiar.

Gamio identifica el criterio con el que en su época se estudiaba el arte prehispánico mencionando que:
Frecuentemente se califica de estética o de antiestética la producción artística prehispánica, pero casi nunca se explica por qué se le denomina así. Se juzga el arte arqueológico unilateral, como cada uno cree que debe ser y no como es; se prejuzga, no se juzga. Esto hace que el concepto general que tenemos del arte prehispánico, sea indefinido y nuestra obra arqueológico-artística poco conocida y estimada.[12]

En la actualidad se trata de hacer un estudio más equitativo sobre la escultura, tanto desde el punto de vista del descubrimiento, como las razones para que fuera apreciada hasta el siglo XVIII, cuando ya se tiene un mayor conocimiento de la arqueología. Así por ejemplo el libro de Eduardo Matos Moctezuma Las piedras negadas de la Coatlicue al Templo Mayor[13](1998), que relata el trato tan desigual de la Coatlicue con la piedra del Sol; sin embargo, el resto son biografías de los iniciadores de la arqueología como Leopoldo Baltres, Manuel Gamio y Antonio Caso, ya no se trata a profundidad el tema de las esculturas pero si como se trabajó sobre el Templo Mayor de Tenochtitlan.

1.4  El contexto del arte posrevolucionario

 Al termino de la Revolución, existió una nueva generación de políticos que ocupó el poder; su principal  misión era pacificar el país, y sentar las bases para la creación del nuevo México. Estos hombres rescatan al país del caudillismo y dan paso a las Instituciones quizás una de las mas importantes fue la educación. La Revolución, había dejado un país fragmentado en el que  existió  la necesidad de una búsqueda de identidad nacional. Es por esto que es importante  reconocer el contexto en el que se dio el arte en este periodo,  y como consecuencia  ayudó a construir a través de las primeras décadas del siglo XX la identidad del país, con un sinfín de cambios de todo tipo como sociales, políticos y económicos  que forjaron lo que hoy llamamos México.

El poder centralizado debido al  porfiriato solo hicieron mas evidentes la falta de recursos y el abandono de los indígenas. Durante ese tiempo, el país se encontraba desquebrajado, más del 70% de la población se dedicaba al campo, y sin embargo solo un ciento  de familias concentraban la riqueza del país. La falta de industrias era evidente y se necesitaban cambios pronto. Los cambios sociales eran quizás los mas evidentes, la desigualdad fue una de las causas por las que estalla la Revolución en primer lugar, sin embargo, esto no fue fácil de erradicar, el gran territorio nacional y lo infranqueable del mismo es uno de los factores causantes de esta desigualdad.

Es esta desigualdad social lo que obliga a pensar en nuevos proyectos que integraran y estabilizaran a esta sociedad con grandes carencias pero sobre todo grandes deseos y expectativas sociales; la educación fue una posibilidad para el crecimiento del país y lograr de una manera sana la unificación del ya fragmentado país. Con la ayuda de grandes pensadores entre ellos José  Vasconcelos, el nacionalismo cultural empezó a expresarse también en la pintura, y particularmente en la mural.  La cultura prehispánica  ocupó un lugar fundamental para  el  proceso muralista posrevolucionario.  

La respuesta fue por un lado dar un trabajo a todas las mujeres que se quedaron solas, debido a la perdida del hombre que proveía; es en esta nueva sección de la sociedad donde las mujeres serán las proveedoras principales de sus hogares. En consecuencia se lleva de la ciudad la educación a todos los rincones posibles, y es la mujer quien lleva la educación a todo el territorio. Se entiende como la primera vez en la historia nacional, que la educación no fue exclusiva de la clase media urbana sino; como lo hicieron en el pasado los misioneros dominicos, franciscanos y agustinos; toda una misión que se lanza a todos los rincones del país llevando la nueva unión  de país.
 El año 1920 fue crucial en este proyecto educativo y cultural fue fundamental para dar fin a la contienda armada que todavía seguía y desgastaba al país.  En este nuevo planteamiento educativo los conceptos pedagógicos renovadores buscaron impulsar el desarrollo de la cultura de un país abatido por el desencanto y la muerte.

Si bien la derrocada dictadura de 1910 había dejado muchos problemas también había educado una élite de intelectuales, que se vieron influenciados por estas ideas unificadoras. La enseñanza artística fue instaurada durante esta etapa posrevolucionaria (1920-1930), quedando marcada por la afluencia de diversas iniciativas de las cuales sobresalen;  el  inicio del movimiento muralista mexicano, la aparición del grupo de escritores estridentitas, los Centros Populares de Pintura, la Escuela de Escultura y Talla Directa y la creación de las Escuelas de Pintura al Aire Libre. También se puso en marcha el método de dibujo del pintor Best Maugard, al mismo tiempo que la instauración de las Misiones Culturales.

Paralelamente se presentó la propuesta de los artistas ligados a la revista Contemporáneos, y las consignas antiacadémicas del grupo de pintores ¡30-30! Estos hechos marcaron con evidente espíritu vanguardista una novedosa visión frente al concepto tradicional en la creación artística y los métodos pedagógicos conservadores que les precedieron.

1.5 La visión de lo prehispánico en la primera mitad del siglo XX.

El investigador Franz Boas[14]   utilizó el relativismo cultural para dar a conocer que  cada cultura es un comportamiento adquirido, donde la civilización usa sus propios términos y puntos de vista, aunque las interpretaciones corresponden a un proceso  universal. Las ideas de Boas favorecieron a arqueólogos como Manuel Gamio (1883-1960),  pues ayudó a una mejor comprensión de la situación indígena en México y que gracias a esto se crea el Instituto Indigenista Interamericano. Él  identificó el criterio de su época para estudiar el arte prehispánico mencionando que:
Frecuentemente se califica de estética o de antiestética la producción artística prehispánica, pero casi nunca se explica por qué se le denomina así. Se juzga el arte arqueológico unilateral, como cada uno cree que debe ser y no como es; se prejuzga, no se juzga. Esto hace que el concepto general que tenemos del arte prehispánico, sea indefinido y nuestra obra arqueológico-artística poco conocida y estimada.[15]
Gamio ayudó a comprender no solo lo que estaba pasando en esa época, sino también a entender de manera consciente por qué ciertos objetos los consideramos artísticamente bellos y otros no.
Mencionar a los artista viajeros como los iniciadores del rescate de la cultura prehispánica. (falta)
Mencionar cuando se empieza a utilizar la cultura prehispánica como forma de unión nacional. (falta)






[1] Existe otra versión donde Coyolxauhqui si logra cortarle la cabeza a Coatlicue y después emerge Huitziliopochtli.
[2] http://www.bigbangmex.unam.mx/bigbangmex/contenedores/contenedor_SalaCoatlicue.htm consultado septiembre 2010.
[3] Jeroglífico náhuatl formado siempre por cuatro puntos unificados por un centro, el cinco es la cifra del centro y ésta a su vez, constituye el punto de contacto entre el cielo y la tierra. Designa además la piedra preciosa que simboliza el corazón, lugar de encuentro de los principales opuestos.
[4] Fue un astrónomo, antropólogo y escritor mexicano. Escribió y publico un ensayo, "Descripción histórica y cronológica de las dos piedras que con ocasión del nuevo empedrado que se está formando en la plaza principal de México, se hallaron en ella el año de 1790" sobre dicho descubrimiento y el funcionamiento del calendario mexica.
[5] Idea extraída de: Brantz Mayer, México lo que fue y lo que es, México, Fondo de Cultura Económica , 1953, Eduardo Matos Moctezuma, Las piedras negadas de la Coatlicue al templo mayor, México, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 2003 y José Genis, El monolito de la Coatlicue. Extraído el 15 de febrero del 2011 de Trabajadores Digital de http://www.uom.edu.mx/rev_trabajadores/pdf/58/58_Jose_Genis.pdf
[6] Fue un geógrafo, naturalista y explorador prusiano, es considerado el padre de la Geografía Moderna Universal. Los viajes de exploración lo llevaron de Europa a América del Sur, por lo que llegó al territorio mexicano. Se especializó en diversas áreas de la ciencia como la etnografía, antropología, física, zoología, climatología, astronomía, minería, botánica, humanismo entre otras.
[7] Jóse Genis, El monolito de la Coatlicue, vol. 58, enero-febrero, (2007) pp. 49-51 http://www.uom.edu.mx/rev_trabajadores/pdf/58/58_Jose_Genis.pdf
[8] Viajero, naturalista y anticuario inglés que fundó el Museo  de Curiosidades Naturales en la ciudad de Liverpool.
[9] Alfredo Chavero, El último Quetzalcóatl: Códice jeroglífico Aubin, México, Cosmos, 1978
[10]Justino Fernández, Estética del arte Mexicano Coatlicue, El retablo de los reyes, el Hombre, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 3ª ed. p.43
[11] Fue un antropólogo estadounidense, representante de la escuela relativista y precursor del particularismo histórico.
[12] Manuel Gamio, “El Concepto del arte prehispánico” en Gamio Manuel, Arqueología e Indigenismo, ed. Instituto Nacional Indigenista, 1986. 63p.
[13] Eduardo Matos Moctezuma, Las piedras negadas de la Coatlicue al Templo Mayor, México, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 2003
[14] Es considerado el fundador de la antropología moderna, sigue el método científico.
[15] Gamio Manuel, “El Concepto del arte prehispánico en Gamio Manuel”, Arqueología e Indigenismo, ed. Instituto Nacional Indigenista, 1986. 63p.