En esta sección parto de la idea que con los estudios de género, principalmente los arquetipos de la mala madre, la buena madre y la Gran madre; los cuales inició Carl G. Jung, pero actualmente se han renovado y revitalizado con personalidades como Susan Rowland y Clare Douglas se pueden interpretar las pinturas de la primera mitad del siglo XX.
Es a partir de estas construcciones que el arquetipo de la madre, se transforma e identifica como la tierra, la nación, la madre de las civilizaciones o madre del creador supremo y por lo tanto tiene ambos aspectos positivos y negativos. Con este pensamiento surge el ideal al finalizar la Revolución, los políticos y pensadores encargados del gobierno, tienen como comisión la necesidad de unificar el país, esto se pretende dar a partir del amor por la patria y así formar una sola identidad nacional que se llama México.