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| Feliciano Peña, Museo Nacional, 1952, grabado linóleo sobre masonite, 19.7 x 514.8 cm, colección Andrés Blainsten |
En este grabado que pertenece a la serie de 10 Estampas de México realizado por Feliciano Peña, se muestra como la Coatlicue se encuentra en el Museo Nacional acompañada de otros modelos representativos de México como, el escudo nacional o el calendario azteca.
Es interesante apreciar que el cinturón de calavera de la Coatlicue se encuentra sorprendido al ver como el guardia recibe los boletos de un padre que lleva a su hija para que aprecie esta y otras obras; quizás el autor hace un recuerdo de otros tiempos cuando la falta de conocimiento de la Coatlicue y el abandono de la misma escultura obligue a esta extrañeza por parte del cinturón.
La belleza de la escultura no va en cuestión a su apariencia, sino en el detalle y la talla de la escultura, los detalles no solo de una cabeza humana sustituida por dos serpientes que forman un rostro con dientes y lengua de fuera, el detalle de la falda donde se entrelazan serpientes pequeñas. Esta nueva concepción de la escultura es gracias a los aportes de Justino Fernández que prepara a ver con otros ojos los objetos prehispánicos.
En 1952, año de realización de la obra esta escultura vuelve a tomar una gran importancia para el pueblo mexicano, lo que en su pasado como diosa tuvo para los aztecas.
La escultura ocupa tres cuartas partes del grabado, por lo que hace ver lo monumental de la misma con respecto a los visitantes, es interesante como el padre es el único que lleva a su hija a ver la obra, podría simbolizar que el gobierno patriótico lleva a sus hijos a valorar las viejas creencias de una cultura ya inexistente, como ese recuerdo de Europa con las culturas griegas y romanas.
Bién Graciela. ¿Qué pasa con la plasticidad? ¿Qué observas cuando miras los 8 grabados en la imagen conjunta que tienes arriba?
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